sábado, 6 de diciembre de 2014

Wishlist X-Mas Fnac 2015. Queridos Reyes Magos de la FNAC...

...... Lo primero de todo... ¡Hola, hola!
Este año he sido una persona muy buena (bueno, vale, he tenido mis fallos...), y como he oído que volvíais a hacer la Wishlist, no he dudado en participar.
Este año ha sido un año muy duro: He cumplido los 18, estoy en proceso de sacarme el carnet de conducir... ¡Hice selectividad! Y, ahora, los exámenes finales de la universidad me están matando... Por lo que sería geniiiiiial si pudiese ganar algo.
Este año pido poco, la verdad, y como he oído que el ganador puede conseguir hasta 515 €, y hay 10 premios de 150€, os pongo con un numero aquellos premios que SÍ O SÍ me gustaría muchísimo tener :)

Libros: 

Este regalo no es expresamente para mí, sino para mi hermana pequeña, la cual necesita un móvil y sería genial que lo consiguiese estas navidades:
Queridos Reyes, además, si no sabéis qué regalar a cualquier otra persona del mundo (porque sé que os llegan muchas cartas y no siempre sabéis con qué acertaréis) os sugiero este rápido y sencillo método para adivinar los regalos.



En total, los regalos marcados con un número suman 147'82€, y el total de regalos que hay en mi lista suman 385'54€, por lo que rezo porque me pueda tocar alguno de los regalos que sorteáis.

Muchas gracias por atender mi carta y... ¡Feliz Navidad y próspero año 2015! 
Firmado.
Paula :)

sábado, 7 de septiembre de 2013

~9~

Pasear por los pasillos de Hogwarts acompañada de mi libro de Maldiciones y Embrujos, además de unos cuantos más que tendría que estudiar para los Timos, se había convertido en uno de mis hobbies favoritos desde que Daphne pasara más tiempo con su novio, el cual informo que es Nott, y me hiciera pasar algo más de cinco minutos con el mío.

- Hola preciosa - Blaise viene a besarme, pero aparto la cara - ¿Qué demonios te pasa?
- Hay profesores delante - escusa barata nº 1.
- Eso con Malfoy no te importaba - noto su tono de enfado y veo como sus ojos llamean.
- Anda, no seas imbécil - le abrazo por la espalda - Sabes que he cambiado de opinión tras esto - le muestro las cicatrices de mi mano en las que se pueden leer " No volveré a romper las normas."
- Maldita Umbridge... ¿A ti también? - asiento - La odio... Bueno, tengo que irme a cer a Crabbe, le han llevado a la enfermería por no sé qué cosa. ¿Luego nos vemos? - asiento levemente - De acuerdo - deja un leve beso en mi mejilla y sale disparado hacia el interior del edificio.

Continúo andando lentamente, disfrutando del poco tiempo libre que tengo.
Odio que todo el mundo, y con todo el mundo me refiero a Daphne y los chicos, me tengan tan sumamente distraída.

- Hola preciosa  - escucho detrás mía.
- ¿Pero se puede saber qué le ha dado a todo el mundo hoy con llamarme preciosa?
- ¿Será que lo eres? - me giro y veo a Draco apoyado en una columna que da al jardín - ¿Estás sola?
- No - sonrío - Y tú tampoco- sigo andando sin pararme.
- Pues podríamos cambiar a esa compañía que tienes por mí ¿no crees?
- No creo que eso sea posible - él suelta una pequeña risa - Además... - me acerco levemente a él - Tienes compañía - dirijo mi mirada hacia la derecha y él también lo hace.
- Dios... - susurra antes de fingir la mayor de las sonrisas - ¡Pansy! ¿Qué haces aquí? ¿No ibas a estudiar?
- A eso iba... Antes de ver como esta arpía te intentaba tirar los tejos - me mira mal y suelto una carcajada.
- Luego nos vemos, Draco - sonrío y me doy la vuelta antes de partirla la cara a Parkinson. ¿Se le puede tener más asco a una persona que el que yo le tengo a ella?
- ¡El cambio que hizo de novia ha sido lo mejor que ha hecho en estos últimos meses! - escucho gritar y para mi interior pienso un rotundo "No creo, cielo." - ¡Asquerosa sangre sucia!

Ya la has liado Pansy... Suspiro y sonrío antes de sacar rápidamente mi varita y apuntar directamente al cuello de ella.

- No te atreverías, Grimts -  ríe ella y aprieto la punta de mi varita contra su cuello.
- No te apuestes nada - contestamos Draco y yo a la vez.
- ¿Ahora te ofende que te digan la verdad?
- No - río - No es lo mismo que a ti te digan "Qué guapa que eres Pansy" porque eso sería lo mismo que estás haciendo tú al llamarme Sangre Sucia, que es mentir, a que te digan "Qué zorra que eres, Pansy", que eso sería que te ofendiese que te dijesen la verdad - sonrío ampliamente y veo brillar el odio y la rabia en sus ojos, aunque muchos estudiantes han comenzado a reír al escuchar mis palabras.
- Dejadlo ya ¿vale? - Draco nos mira a ambas y puedo ver el rastro de una pequeña sonrisa cuando me mira a mí - ¿Nos vamos? - mira a Parkinson.
- Por supuesto - dice ella con asco y se abraza bien fuerte a la cintura de él, dirigiéndome una última mirada que yo correspondo mandándola un beso imaginario.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Quidittch...La única cosa que la bruja de Umbridge no ha prohibido todavía.
Quidittch...Ese deporte que si no fuese por la lesión que tuve hace dos años, seguiría practicando.
Quidittch...El gran evasor problemas.

- ¡Mags! - Daphne se acerca corriendo a donde me he sentado y sonríe - Primera fila, ehh.
- Pues claro - sonrío - Donde hay nivel, hay nivel - reímos y se sienta a mi lado - ¿Y Nott?
- Con el resto del grupo. Sabes que hacen piña cuando hay partido - rueda los ojos - Blaise también está allí.
- Bah.
- Deberías de pasar más tiempo con él. Estás con él ¿te lo recuerdo?
- No por favor... Me ha sentado muy bien el desayuno - me mira sonriendo y niega con la cabeza.
- Qué relación más extraña tenéis...
- Lo sé.

Volvemos a reír y escuchamos el pitido que significa que los participantes pueden salir al terreno de juego.

martes, 16 de octubre de 2012

~8~


- No sé qué tiene... Pero bueno... Si a ti te gusta... - me encogí de hombros al ver como mi prima pequeña, una niña encantadora de 13 años, me contaba que se había ''enamorado'' de un Ravenclaw
- Eres genial Mag - me abrazó - Mis padres no lo entienden, y Eiden - su hermano unos años más mayor - me echó una bronca tremenda.
- Pues no entiendo el por qué... ¿Victoria no era Ravenclaw? - la niña asiente - Pues que Eiden se joda un rato - reímos.
- Ya, pero es que me comparan contigo, porque como tú estás con Draco Malfoy nadie dice nada.
- ¿Qué pasa conmigo? -  el aludido se sentó a mi lado, pasando un brazo por mis hombros.
- Que Aileene se ha enamorado de un Ravenclaw y...
- Pobre niña - le solté una colleja y me miró mal - ¿Qué?
- ¿Ves? Él tampoco lo entiende - a mi prima comenzaron a ponerse los ojos acuosos y miré mal a Draco.
- Es que es tonto, pero vamos que tendrían que aceptarlo. Peor sería que estuvieras con un chico de Gryffindor.
- Verdad. Los niños os saldrían tontos - añade Draco y Aileene sonríe.
- Muchas gracias a ambos. Enserio - nos abraza y sonríe.
- Corre a tu clase de Pociones. No me gustaría que Snape te echara, que luego me dice algo a mí - la doy un leve beso en la mejilla y la niña, tras coger su mochila, sale corriendo.

Me tumbo en el banco, mirando al resplandeciente cielo de Febrero y coloco mi cabeza en las piernas de Draco.

- Hacía tiempo que no estábamos así... - digo y cierro los ojos.
- Lo sé.
- Tanto tiempo persiguiendo, en vano si me permites añadir y si no también, a Potter y a los estúpidos de sus amigos te tiene muy ocupado.
- Pero sabes que siempre tengo tiempo para... - me incorporo un poco y comienza a darme besos por el cuello.
- Para - me aparto y le miro - Si fuera por eso, podría encontrar a miles de chicos en Hogwarts, y no he hecho nada con ellos en lo que llevamos juntos... - veo como agachaba la cabeza y le miro extrañada - ¿Algo que me tengas que contar Draco Lucius Malfoy?
- ¿Yo? Nada.
- ¿Quién es ella?
- Maggie, no sé de qué me hablas.
- ¿Ellas? Sé cuando mientes Draco Malfoy. Dime quien ha sido por las buenas... Sabes que es mucho mejor.
- Solo fue Parkinson... ¡Por Salazar! No es tanto - posa sus manos en mi cintura y me levanto rápidamente.
- ¿Parkinson? ¿Enserio? Qué bajo has caído - le miro con asco y me devuelve la mirada.
- Vamos Mags... Fue una tontería... Además, sé que tú no lo harías y me perdonarías por ello.
- ¿Me estás llamando Santa? - asiente con una mueca burlona - Mala respuesta.

Levanto la vista y veo a Zabini, Crabbe, Goyle y Nott sentados en un banco a unos cuantos pasos de distancia y sonrío.

- No serás capaz... - murmura el rubio entre dientes y sonrío todavía más ampliamente.
- Mala respuesta otra vez.

Me suelto del agarre del rubio y me encamino con una gran sonrisa en mi cara hacia el grupo de chicos.

- Buenas Mags - me saluda Nott y le asiento como respuesta.
- ¿Qué tal el día pequeña bruj...?

Blaise no puede acabar la frase. Poso mis labios encima de los suyos y comienzo a moverlos mientras miro como Draco comienza a apretar sus manos hasta formas puños y entra en el edificio.

- Buenos días chicos - me despido y sigo el camino que ha seguido el señorito Malfoy.

Le veo apoyado en la puerta del Gran Comedor y me acerco a él.

- Te dije que había sido una mala respuesta.

Entro dentro y veo a Daphne al fondo de la mesa de Slytherin, me acerco a ella y sonrío antes de sentarme.


----------------------------------------------------------------------------------------

- ¿BLAISE? - grita Draco demasiado enfadado.

Nos encontrábamos solos en la habitación de los chicos de Slytherin una semana después de la pelea que tuvimos y por la que, como podéis comprobar, comencé a salir con Blaise Zabini y dejé de hablar al rubio.

- ¿No estás tú con Parkinson? Pues déjame hacer lo que quiera.
- Comencé a salir con ella debido a un filtro de amor y después de ello no hay quien se libre de ella. Hasta Daphne te lo dijo.
- ¿Y? Ambos haríamos lo mismo y tú y tu ego lo sabéis - sonrío con autosuficiencia.
- No metas al orgullo en esto porque sabes que no es así - me acorrala entre la silla en la que estoy sentada y él y me mira fijamente a los labios.
- ¿Tanto me echas de menos? Normal. Con lo bajo que has caído con esa arpía de Park...

Me corta la frase besándome. Con ganas. Con demasiadas diría yo.
Ya sabía yo que me echaba de menos... Y para qué engañarnos, que yo también a él. Blaise no besa mal pero... Nada comparable.

- Para... - le aparto suavemente - Como entre Blaise te mata...
- Eso será si es lo suficientemente rápido... ¿No crees? Además... Quiero correr el riesgo.

Vuelve a besarme y le sigo el juego. Imposible no hacerlo.
Nuestros labios se mueven al compás. Son el puzzle perfecto.
Sus manos recorren mi cintura y me invita a levantarme de la silla en la que estoy para tumbarme en la que creo, y espero, que sea su cama.

- ¿Vas a dejar a Blaise? - niego con la cabeza - Joder Maggie.
- ¿Qué? Es mucho más divertido tener que vernos a escondidas.
- Mala bruja.
- Gracias - sonrío y junto de nuevo sus labios con los míos.

Tal vez no seamos la pareja perfecta, ni nada comparado con las parejas normales, por eso prefiero ser la ''amante'' de Draco Malfoy.


¡HE VUELTO PEQUEÑUELASSSS! He vuelto y espero que os guste lo que escribo a partir de ahora. Tampoco tengo mucha imaginación.. Sooooo... No me regañéis xD
Para cualquier reclamación @Paula_Williams3 :)

viernes, 5 de agosto de 2011

~7~


Los siguientes días... Fantásticos, para qué vamos a andar con cursilerías ni mierdas por el estilo.

Nuestros padres ya se intuían algo de nuestras misteriosas desapariciones de después de comer, a veces de cenar, pero mi hermana, que Salazar la bendiga, se inventaba mil y una escusas para librarnos , sobre todo a mí, de un gran castigo.

- Te echaré de menos papá - le di un fuerte abrazo - Quiero verte en casa cuando vuelva. Que lo sepas. No te metas en líos.
- ¿No se supone que eso lo tendría que decir yo? - reímos - Estudia para los TIMOS. Te decidirán el futuro.
- Que sí, que sí - le di un beso en la mejilla antes de entrar al tren.
- Cuida de ella Draco - ambos se estrecharon la mano.
- Lo haré señor.

----------------------------------------------------------------------------------------------

-¿Qué tal por América? - la pregunté a Daphne mientras cenábamos.
- Pues bien. Muy bien. Hace mucho más calor que aquí en verano - sonrió - ¿Y tú en casa de los Malfoy? - volvió a sonreír, esta vez maliciosamente.
- Pues bien... Muy bien - imité su voz a la vez que Draco y yo nos echábamos una mirada complice. Supuse que él y Zabini hablaban de lo mismo - No podía haber sido mejor.
- ¿Ya te le has tirado? - asentí mientras bebía zumo de calabaza - ¿Entonces es cierto lo que dicen?
- Total, y absolutamente cierto amiga mía.

Nos levantamos a la vez que el resto de nuestra mesa y salimos de allí lo antes posible. En poco tiempo comenzarían los empujones, y me cargaría a alguien, cosa que no me apetece ahora mismo.

Espera, espera, espera... ¿Qué no me apetece pegarle un puñetazo a alguien? ¿Ni maldecirle?
¿Qué me está pasando?

- ¿Qué tal tu padre? Llevo sin hablar con él, como mínimo cinco años.
- Se le ve bien. Mucho más animado y centrado. Ahora no va tirando embrujos a tutiplén - reímos.
- Anda mira, ya sé a quien te pareces - la saqué la lengua - Aunque sin duda, eres igualita que tu madre.
- Lo sé. Encontré un vestido suyo y me lo puse en año nuevo - recordé la foto que encontré de mi madre con ese vestido... ¡Eureka! - En el baúl tengo una foto suya con el vestido. Ahora te la enseño.
- De acuerdo. Por cierto, mi tía Heather te manda saludos. Dice que a ver cuando te pasas a verla.
- Dila que como siga el salido de tu primo, viviendo en la misma casa que ella, tardaré mucho tiempo - continuamos riéndonos a la vez que veíamos como la gente se agolpaba en muchos círculos para contarse lo que habían hecho estas navidades.

-----------------------------------------------------------------------------------------------

- ¿Qué cojones ha pasado aquí? - preguntó Draco cuando vio la desierta sala común de Slytherin a las diez de la mañana.
- No lo sé. Habrá pelea o algo. No es muy común, que un sábado no haya nadie - me senté y volví a abrir mi libro de Maldiciones. Nivel Avanzado, que me había regalado mi padre por navidad.

Draco comenzó a hacer levitar una pluma que había en una mesa de enfrente. Me la pasó por la oreja varias veces.

- Para... Me hace cosquillas - giré la cabeza .
- ¡Parejita! - gritó el rubio . Giré la cabeza y vi a los otros dos comiéndose la boca - Iros arriba. Es desagradable veros.
- Envidioso - dijo mi amiga, antes de continuar con Blaise.

Negué con la cabeza y seguí a lo mío.

- Enserio... Es asqueroso - susurró y me reí ante aquel comentario.
- No cuando lo haces tú ¿verdad? - le susurré al oído antes de darle un leve mordisco en el lóbulo.
- Por supuesto que no - me mordió el labio inferior y después pasó su lengua por el sitio en cuestión.
- Te odio Draco Malfoy.
- Gracias. Lo mismo digo - sonrió antes de besarme de esa manera que me vuelve tremendamente loca.
- ¡Y decían de nosotros! - paramos y vimos como nuestros amigos se habían levantado y comenzaban a irse a los dormitorios - ¡Guarros!
- ¡Con precaución chicos! - grité y escuché sus risas y la de Draco.

Volví a mi libro. Esta vez, con Draco tumbado encima de mis piernas.



lunes, 1 de agosto de 2011

~6~

Hola queridos mortífagos míos. He de deciros varias cosiñas. La primera, gracias por todos los comentarios de apoyo, aquí, en twitter y en metroblog. Me ayudáis mucho. La segunda, si queréis comunicaros conmigo, está el twitter puesto a la derecha, pero también tengo Tuenti, que lo podéis pedir. Último... Este capítulo no está recomendado para mentes muy inocentes.

Disfrutad.


- ¡Señorita Grimts, amo Draco a cenar! - gritó el elfo doméstico de los Malfoy, del que ni siquiera recuerdo el nombre.

- Qué inoportuno que es muchas veces - se quejó el rubio abrochándose la camisa que le había regalado su madre por Navidad.

- Déjale. Es año nuevo, le habrá obligado mi padre, o los tuyos, viendo que llevábamos más de 2 horas aquí arriba - sonreí colocándome el vestido negro, y largo, que encontré de mi madre días atrás.

- Lo suponía yo también.

Bajamos mientras que Draco me contaba las cosas que "había visto" de su casa en estas dos horas.

- Chicos, os estábamos esperando - Lucius Malfoy se sentó en uno de los lados, presidiendo la mesa.

Justo enfrente, su esposa Narcissa, con un vestido granate muy oscuro, y enfrente mía, mi padre, con una sonrisa que hacía mucho tiempo que no veía, iluminando su cara, y mi hermana, tan serena y tranquila como siempre.

- Que aproveche - dije al ver como la gente ya había comenzado a comer.

- Igualmente querida - Narcissa me sonrió y mi padre y Lucius hicieron un gesto de agradecimiento.

- Bueno Maggie, Draco nos ha contado maravillas de ti en lo que a estudios se refiere - comentó el señor Malfoy.

- Sí - le apoyó su mujer - Dice que eres mejor que esa sangresucia de Hermione Granger.

- Desde pequeña lo ha sido. Lo único que no necesita tanta fama de lista, como Granger, para gustarle a la gente - contestó mi hermana levantando la vista de su plato.

- ¿Sigue siendo igual de snobb que hace unos años? - preguntó mi padre.

- Sí - le contestó Draco - Y sigo diciendo que su hija, señor, es mejor que esa sangresucia.

- Ya no se respeta nada hijo... - le respondió su padre negando con la cabeza - Ahora, cualquiera puede entrar en Hogwarts - prosiguió.

- Hasta los mestizos - repuso Irenne - Pero eso es más aceptable que todos los sangresucia que hay ahora en la escuela. Me alegro de haberme graduado ya.

Reímos y el resto de la cena transcurrió tranquila.

- Sólo quedan unas horas para que empecemos este año - Lucius se levantó de su asiento con una copa de vino en la mano, y el resto le imitamos - Espero que esta amistad entre magos completos, perdure durante muchos, muchos años.

Brindamos y escuché como comenzaban a sonar unas campanas a lo lejos, predicando que acabábamos de entrar a un nuevo año.

- Feliz año nuevo - dijo mi padre abrazándome - Éste será mucho mejor que todos los anteriores...

- No hace falta que lo jures. Este año vas a estar a nuestro lado, y eso es lo mejor que nos ha podido pasar.

Le di un beso en la mejilla y luego fui a felicitar el nuevo año a mi hermana y a los padres de Draco.

- Señorita Grimts - miré hacia abajo y vi de nuevo al elfo - El amo Draco dice que la espera en el jardin trasero. Que coja su chaqueta y salga cuanto antes.

- Muchas gracias por el aviso. Feliz año nuevo - sonreí y le dije con señas a mi padre que me iba a ir unas horas.

Salí al jardín y allí vi a Draco, junto a dos escobas, sonriendo.

- Feliz año - me dio un beso en la frente e hice pucheros.

- No es justo. Yo no quería ahí tu primer beso hacia mi persona en este año.

- Tómatelo como un adelanto - sonreí - ¿Lista?

- ¿Lo dudabas?

Me tendió una de las escobas y alzamos el vuelo rápidamente.

No sabía por donde íbamos, ni a donde, pero lo que sí que sabía era que me estaba congelando de frío. Esto de volar con aire, en pleno invierno, no es bueno.

- Ya hemos llegado - me sonrió antes de bajar y encontrarme en una pequeña cabaña de madera, rodeada de campo, ahora blanco por la nieve - Vamos a dentro. No quiero que te congeles.

Me pasó un brazo por los hombros y entramos a la casa. Todo estaba a oscuras.

-¡Lumos! - dijimos ambos a la vez alumbrando la pequeña estancia en la que nos encontrábamos.

- Por aquí - me cogió la mano y comenzamos a subir unas estrechas escaleras en forma de caracol.

Acabamos en un desván, con la chimenea encendida, unas mantas por el suelo,y velas. Pequeñas velas con mis olores favoritos.

- Te lo has currado, Draco Malfoy - sonreí girándome a mirarle - Feliz año a ti también.

Le di un beso en la comisura de los labios y me senté mirando a la hoguera.

- ¿Cómo encontraste esta casa? - pregunté cuando noté que se había sentado detrás mía y me abrazaba.

- Un día, de pequeño me perdí. Todo el campo que has visto alrededor, era donde veníamos a pasar algunos días mi familia y yo. Cuando me perdí, encontré esta casa. Decidí que iba a ser mi lugar secreto. Nadie ha entrado en ella, hasta ahora. Te la puedo prestar como lugar secreto... Si quieres.

Sonreí y me giré hasta volver a besarle.

Esta vez, él comenzó a tumbarse en el suelo conmigo encima, mientras la danza de nuestras lenguas continuaba.

Me quitó la chaqueta que seguía, hasta ese momento, llevando puesta, mientras me daba besos en el hombro derecho bajando uno de los tirantes de mi vestido.

Ambos queríamos llevar el control de la situación, cosa que hizo que el ambiente se caldease mucho más rápido por la experiencia de ambos.

Su camisa había desaparecido en algún lugar de esa sala, al igual que toda la inocencia que habíamos mostrado delante de nuestros padres.

Sus labios se entretenían en mi cuello, dando pequeños mordiscos de vez en cuando, y sua manos subían y bajaban desde mi cintura hasta mis rodillas, acariciando mis muslos.

Esas caricias, los besos y los mordiscos que ambos dábamos al otro, hacían que de mi boca, y la suya saliesen suspiros, leves gemidos y hasta algún gruñido de placer.

Ni mi vestido, ni tampoco sus pantalones, se encontraban puestos en nosotros.

Ahora, él estaba encima de mí, mirándome sonriente al notar que mis finos dedos recorrían su cuerpo, ahora desnudo, y bajaban poco a poco hasta atrapar la goma de sus boxes y comenzar a bajarlos lentamente.

- Espero que tengas protección, sino,creo que esto se va a quedar aquí - le susurré al oído haciendo que se estremeciera.

- No soy tonto - escuché una pequeña carcajada antes de darme cuenta de que metía las manos por el fino encaje de mis bragas haciendo que dejasen de estorbar poco a poco.

Rozó sus labios con los míos pasando su lengua por la comisura de ellos haciendo que, si se puede, me pusiera más cachonda todavía.

Menos mal que no había nadie en como mínimo 10 kilómetros a la redonda, porque se hubiese asustado de los gritos de placer, tanto de Draco como míos, de los más de mil gemidos que salieron por nuestra boca, y de los dos orgasmos que tuve con él.

Se tumbó a mi lado, tapándonos con la manta que antes nos había servido como alfombra, y con una sonrisa que no le había visto jamás.

-¿Qué te pasa que estás tan sonriente? - me incorporé un poco para mirarle mejor.

- Mi madre me va a matar cuando vea lo que he hechi cin su camisa - miró hacia la chimenea y seguí su mirada.

- Pues era bonita - ambos reímos .

domingo, 31 de julio de 2011

~5~

- ¿Malfoy? - mi amiga tenía una O por boca.

- Que sí pesada, que sí.

- ¿Enserio? Es que no me lo puedo creer... ¿Malfoy diciéndoye que te quiere? A ver si estaba bajo una maldición Imperius y tú no saberlo...

-¿Tanto te cuesta admitir que lo que te digo es cierto? - la interrumpí muy enfadada - Mira Daphne, tú sabes que nunca he querido a nadie, es más , siempre he odiado a la gente y a quien menos lo hiciera ese o esa me caía bien, como fue tu caso durante unos años... Pero al final he conseguido quererte como amiga, y ahora, también poder "encariñarme" de Draco. No creo que sea tan difícil de entender.

Cogí aire tras el pequeño, pero sincero, discurso que la había soltado a mi amiga.

- Lo siento mucho Mag... Pero es que conociéndoos a ambos era... Demasiado extraño, compréndeme.

- Tranquila... He pagado todo contigo. Todo lo que me he estado guardando durante años, lo he pagado contigo. Soy yo la que lo siente...

Tras un largo abrazo, continuamos paseando por los pasillos del colegio. Estaba nevando como si nunca antes hubiese nevado, por lo que no nos dejaban salir afuera.

Divisé a lo lejos esa melena rubia platino de espaldas, mientras que Blaise hablaba entretenidamente con Parkinson.

- Hola - sonreí a la vez que pasaba los brazos por el cuello de Draco abrazándole por detrás - Que raro Parkinson, si hoy puedes moverte.

Sonreí de medio lado al ver como los chicos y Daphne se reían tapándose la boca con la mano, y a una Pansy demasiado indignada marchándose rápidamente de allí con su ejército de secuaces.

- Que mala persona que eres - contestó Daphne con una gran sonrisa en su cara.

-¿Qué? No he dicho nada que no fuera cierto.

Comencé a andar dada de la mano con Draco, quien a cada cinco segundos más o menos, se giraba a darme un beso en el cuello, en la oreja y en los labios, alternando los lugares.

- ¿Habéis conseguido encontrar la organización de Potter y amigos? - mi amiga rompió el silencio.

- No, todavía no hemos conseguido nada más que saber que entran en una puerta que luego desaparece - contestó Blaise y luego se encogió de hombros.

-Creo que he leído algo sobre eso... - me quedé pensando unos instantes.

- Pues si averiguas algo... Avísame - repuso Blaise.

- O a mí mejor - Draco me sonrió y me mordió levemente la oreja antes de continuar caminando.

------------------------------------------------------------------------------------------------

- ¡Lo tengo! - grité entrando en el Gran Comedor con varios rollos de pergamino en mis brazos.

- ¿El qué? - dijo Goyle pasivo.

- La razón por la que no tienes cerebro - contesté borde mientras que sonreía y me sentaba entre Blaise y Draco - Tengo información sobre la Sala de los Menesteres.

- ¿La qué? - preguntaron ambos a la vez.

- La sala en la que se esconden Potter y los imbéciles de sus amigos.

- ¿Qué has encontrado? - dijo Goyle ahora más interesado.

- La sala de los Menesteres es una sala oculta en cualquier mapa de Hogwarts. Sólo se muestra a las personas que realmente necesitan algo urgentemente y se equipa con todo lo necesario para ese propósito.

- Entonces sólo puedes entrar en esa sala si sabes lo que hay dentro ¿no? - preguntó el rubio.

- Exactamente. O eso, o que entres con alguien que sabe lo que hay ahí.

------------------------------------------------------------------------------------------------

- ¡No empieces otra vez joder! No voy a ir contigo estas navidades Draco.

- Pero ¿por qué no? - contestó aún más enfadado que antes.

- Porque es el primer año, desde hace 10 que puedo pasar las navidades con mi padre... Entiéndeme por favor - puse una mano en su hombro.

- Pues que se venga él también. Y tu hermana si quiere. No hay problema alguno, ya se lo he dicho a mis padres.

- Claro, voy a llegar yo a mi casa y les digo : Papá, Irenne, que los Malfoy nos han invitado a su casa en navidades porque salgo con su hijo.

- Oye, pues no está mal - sonrió.

- Nos someterá al sexto grado.

- No hemos hecho nada... Todavía - me guiñó un ojo travieso.

- Te odio por convencerme tan rápido, enserio - me abrazó fuertemente - Me estás... ahogando...

- Es que vas a pasar navidades conmigo, y quien sabe lo que puede pasar... - me lamió la mejilla y sonreí.

- Eres un asqueroso - se encogió de hombros.

Nos tumbamos, y me apoyé en su pecho mientras que veíamos como varias personas de último curso estudiaban para los últimos exámenes antes de las vacaciones.

jueves, 28 de julio de 2011

~4~


Me desperté temprano. Odio que sea fin de semana y levantarme antes que cualquier día lectivo ¿por qué? ¡Porque no tengo clase! Joder.

Bajé a la sala común, no podía aguantar más intentando quedarme dormida dando vueltas por la cama, porque así, sí que es inútil.

Encontré ''El Profeta'' y comencé a leer sentada en una butaca orientada a la ventana, no tengo nada que hacer, así que, hasta que me entre el hambre.

Noté caricias por mi pelo, y leves besos por el cuello, pero me limité a seguir con mi lectura.

- ¿Ya estás caliente desde por la mañana temprano? - me hizo notar la afirmativa con el roce de sus labios por mi cuello - Blaise, deberías de mirarte ese problema.
- No soy Blaise - me giró y vi a un Draco Malfoy, despeinado y sonriendo de lado pícaramente.
- Da igual, también tendrías que mirártelo - solté una pequeña risa.
- Ah, perfecto - se tiró en el sofá de delante mía - Con Zabini sí y conmigo no... Debe de ser que te van los morenos.
- No es eso, imbécil - me senté encima suya - Me van todo tipo de chicos, salvo los pelirrojos. Pero es que con Blaise, es demasiado fácil y no es especial.
- ¿Y conmigo sí? - se acercó tanto a mí que podía diferenciar los distintos tipos de azul y gris de sus ojos.
- No del todo. Pero si una tía consigue estar con Blaise y contigo, será más especial contigo porque no eres tan fácil. Por eso, gustas más - puse el dedo índice en sus labios deteniéndole.
- Eres difícil, diferente, dura y rebelde... No sé como he tardado tanto en conocerte - puso sus manos en mi cintura.
- Fácil... Porque tú, no eres así - me levanté y salí de allí con una sonrisa en mis labios.

------------------------------------------------------------------------------------------------

*2 semanas después*

Por fin quedaban apenas unos cuantos días para que fuesen las vacaciones de Navidad.
Miles de chicas se paseaban por Hogwarts con ramas de muérdago escondidas para enseñarlas en el momento adecuado.

Me dirigía hacia los nevados jardines para poder tener algo de tranquilidad. La necesitaba.

Hidflewn, mi lechuza se posó a mi lado con una carta y un rollo de pergamino enganchado en las patas.

- Bien hecho - comencé a acariciarla antes de que volviese a retomar su vuelo en círculos por encima mía.

Querida Hija:
Espero que estés preparando las cosas para volver a casa por navidad. Aquí, todos te echamos de menos, incluso tu hermana Irenne, y ya sabes lo que la cuesta decir eso.
Por cierto, si quieres puedes traer a alguien a pasar las fiestas con nosotros este año. Me has convencido, sonríe por eso.
Te esperamos en pocos días.
Un beso. Papá.

Sí, mi padre era así de extraño que escribía al revés. Esbocé una gran sonrisa al terminar de leer la carta. Mi hermana Irenne me saca 3 años, por lo que ya no la veo ni en la escuela, y desde que se puso a trabajar, mucho menos.

Desenrollé el pergamino hasta encontrarme con una letra que no conocía a primera vista.

Te espero en el último lugar por el que el Sol se pone. Espero que sepas donde es.

¿Qué si sé dónde es? ¡Pues claro que sí!
Me levanté del suelo, guardándome ambas cartas en el bolsillo de la falda y comencé a andar.

-------------------------------------------------------------------------------------------------

- Creía que no ibas a venir - me giré y vi a la razón por la que no había estado relajada ni un solo segundo en estas dos últimas semanas.
- ¿Qué quieres Malfoy? - me crucé de brazos enfadada.
- Verte.
- Me ves todos los puñeteros días. No paras de acosarme. ¿Qué quieres? Tengo cosas mucho mejores que hacer que estar aquí.
- ¿Mejores que estar conmigo? - rió - Lo dudo.
- ¿Qué te apuestas? - me apoyé en una de las columnas del puente.
- Lo que tú quieras - me acorraló entre su cuerpo y la piedra.
- ¿Ya me vas a decir lo que querías? Enserio, tengo que hacer cosas más...

Pegó sus labios a los míos al mismo tiempo en que sus manos se posaban en mi cintura.
No quería seguirlo, pero eso, es casi imposible.

Le continué el beso sin aumentar ni la intensidad, ni haciendo nada más que eso.
Sus manos bajaban por mi espalda, desde mi cintura.

- Draco, para - le aparté de un empujón - Ya te dije que no quería nada contigo.
- ¡Por eso hemos venido aquí! ¡Porque yo sí! - gritó enfadado.
- ¡Pero también tienes que tener en cuenta el resto de opiniones! - contesté borde - ¡No todo gira en torno a ti!
- ¡Ya lo sé! ¿Te crees que soy tan estúpido? - se giró dándome la espalda - Sé que todo mi mundo no gira en torno a mí, pero sí sobre tí... - susurró.
- ¿QUÉ? - abrí la boca y me la tapé con la mano - Repite eso...
- Que estos días ''acosándote'' como dices tú, han sido porque desde la mañana en la que me dijiste que conmigo sería ''especial'' - recalcó mucho las comillas - he intentado que así fuese. Y me he dado cuenta de que estoy loco, sí loco, por poder tocarte, por tenerte conmigo, por besar cada parte de tu cuerpo y que susurres mi nombre en mi oído.
- Draco, yo...
- No, ahora parezco un gilipollas tan grande como Weasley, Longbottom o hasta Potter. Bah, ya veo que es imposible contigo.

Comenzó a andar a paso rápido como si quisiera evitarme lo antes posible.

¿Enserio todo eso había salido de la boca de Draco Malfoy? ¿El mismo Draco Malfoy repugnantemente prepotente y chulo de siempre? ¿Enserio?

- Espera - le cogí del brazo haciendo que se parase y girase para mirarme - No eres tan gilipollas como esos tres. Eso sería imposible - sonreímos - Pero sí que eres un gilipollas enorme por no haberme dicho esto antes. Te he llegado a odiar Draco Malfoy, tanto que podía haberte matado sin ningún remordimiento después.
- No hubieses sido capaz - volvió a salir el prepotente y chulo de siempre.
- No empieces - negué con la cabeza - Sabes que sí hubiese sido capaz.

Se encogió de hombros y le cogí la mano haciendo que mirase alternativamente a nuestras manos y luego a mi cara rápidamente.

- No soy tan difícil como creéis todos. Es pura fachada - sonreí y tras depositar un leve beso en sus labios comencé a andar soltando su mano.
- ¡Eh! ¡No me dejes aquí tirado! - corrió hacia donde me encontraba y me cogió la mano - ¿Entonces?
- Que podríamos intentar algo. Pero no te ilusiones demasiado.

Rió y continuamos andando sin un lugar fijo al que ir.

¿Y si me equivocaba? Bah, prefiero cometer mis propios errores y luego saber aprender de ellos, a no aprender de nada por ser una santa.